En 2011 el Consejo Nacional de la Ciencia y Tecnología realizó una convocatoria que tenía como objetivo principal la generación de propuestas para mejorar la infraestructura científico-tecnológica de México. El Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Centro de Estudios Avanzados (Cinestav) fueron los ganadores del proyecto.
Encabezados por el doctor Isidro Gitler, el objetivo inicial era crear una casa para los matemáticos en donde pudiera albergarse una supercomputadora capaz de resolver problemas de mayor complejidad de manera certera y a gran velocidad. Tres años después el Cinestav adquirió ABACUS, una supercomputadora que incluso podía ser comparada con las características de un equipo de la Nasa.
Este dispositivo tiene la capacidad de más de 430 teraflops, el equivalente a 25 mil laptops en excelente funcionamiento, permitiendo el procesamiento de al menos 400 mil operaciones aritméticas por segundo. Además, cuenta con procesadores de 40 gigabits por segundo y un almacenamiento de 1.2 petabytes, el equivalente a 6 mil veces los documentos albergados en la Biblioteca de México.
Con la implementación de esta supercomputadora se buscaba reducir considerablemente la brecha tecnológica entre México y Estados Unidos, Europa y Asia, y de acuerdo con el doctor Isidro Gitler la llegada de este dispositivo impulsaría programas de investigación científica de alto nivel internacional.
ABACUS es considerada la más poderosa de México y la segunda más poderosa en América latina, y se encuentra en el kilómetro 38 de la carretera Toluca-México donde el clima frío favorece la reducción de consumo energético y la mantiene en buenas condiciones.
Este tipo de aparatos tecnológicos permite a los científicos e investigadores generar modelos y simulaciones matemáticas que, por ejemplo, podrían incluso realizar un modelo fiel de los procesos de neuronales en un ser humo y ayudar a resolver problemáticas de distintas áreas de conocimiento.
