La tecnología IoT o de Internet de las Cosas, es una tendencia que ha venido a la alza en los últimos tiempos, dirigido a cuestiones de conectividad en aparatos de uso personal cotidiano, así como de los de uso comercial, de transporte o manufactura. Ejemplos como maquinas de fabricación, expendedoras, vehículos, dispositivos médicos, de agricultura o de construcción, son apenas una muestra del potencial que esta tecnología es capaz de proveer.
La base de esta tecnología es dar a conocer información constante de los procesos, características y propiedades de cada elemento de forma continua, lo que brinda una interacción en tiempo real para proporcionar un control sobre dichos aparatos, siendo los edificios inteligentes, la manufactura y el transporte como los principales sectores a considerar.
Otros de los beneficios que otorga el Internet of Things por su nombre en inglés, es la de agilizar los procesos comerciales, eficientando los modelos de producción, reduciendo los tiempos de inactividad, lo que se ve reflejado en menores pérdidas de capital y por el ende el correcto abastecimiento de productos y servicios a los consumidores.
Según datos de expertos se estima en la actualidad el 30% de las empresas en México han adoptado alguna solución basada en tecnología IoT, mientras que la proyección de implementación IoT por parte de las empresas que aún permanecen ajenas es del 50% para el presente año.
Centrando la tecnología al sector de transporte y logística, el IoT contempla la mejora de diversos elementos que hoy día han empezado a servir para los usuarios generales.
Tiempos de traslado. Sumado a la tecnología GPS o de ubicación, la oportunidad recae en la posibilidad de gestionar rutas óptimas y entrelazadas, que disminuyan desde cuestiones de tráfico, ahorro de combustibles, tiempos de entrega hasta evitar zonas de riesgo y “vueltas” innecesarias.
Gestión y control de los vehículos. Hay elementos que generan costos propios de los sistemas de transporte, comenzando por aquellos que buscan la eficiencia y la correcta gestión de los combustibles, desde medir el rendimiento de los vehículos, así como el proceso de resurtido del mismo, de la mano del elemento anterior es conocer el estado, si presenta fallas, anomalías propias o si son producto de un mal uso del mismo, esto pretende alargar la vida y la integridad de estos activos de la empresa.
Al cierre de 2017 se espera que el valor del mercado IoT en México tenga un crecimiento de 26% y llegue a los 4 mil158 millones de dólares.
Integridad del Áctivo. Otro factor que si bien no es nuevo, sigue dando fuerza a la estructura del control, desde conocer como se manipula el vehículo, la velocidad que se emplea, si ha sufrido algún tipo de accidente o si ha sido vulnerada la integridad del mismo, es tener la posibilidad de “estar” en el momento y lugar.
Integridad del Producto. Hablando netamente del negocio al que se encuentra enfocado, basta con decir que conocer el estado físico de la mercancía, si se ha manipulado de forma correcta, si se encuentra en la temperatura adecuada, si ha sido corrompida de manera intencional entre otras, esto garantiza la efectividad del negocio per se, ya que el compromiso de la empresa es lograr la entrega intacta de los productos comercializados.
Existe la tendencia de los vehículos autónomos capaces de realizar las funciones de traslado de manera independiente, sin la necesidad de contar con un conductor, pero esta tendencia si bien se encuentra en una fase de implementación, no ha resultado del todo confiable, por lo que aún falta un largo camino para llegara el.
Además de los beneficios mencionados, en términos generales el IoT pretende generar nuevas oportunidades de negocio, dotar de mayor información y conocimiento a los interesados, así como eficientar y mejorar los procesos propios de cada industria.
De acuerdo con Deloite México, en 2020 nuestro país tendrá 200 millones de dispositivos conectados a la red, lo que lo ubicará en el Top 5 de países de Latinoamérica con mayor adopción de IoT.
